Nunca nos cansaremos de insistir en la importancia de cuidar cada detalle para lograr una invitación de boda original y con encanto. Quizá te parezca que el diseño de la tarjeta es una labor simple, pero hay cosas que debes tener en cuenta si quieres que refleje el cariño y la ilusión que tu pareja y tú ponéis en la celebración. Y además, ¡discurrir tu invitación de boda es algo muy divertido!
Lo primero es lo primero. La tarjeta de boda ideal es, sobre todo, aquella con la que se identifiquen las dos personas que se van a casar. Si tenéis gustos o pasiones comunes (el cine, los barcos, la moda, la aventura, ¡lo que sea!) resultará simpático incluir en la invitación algo relacionado con esa afición que compartís tan intensamente.
Otra posibilidad que os ayudará a personalizar la tarjeta es recordar cómo, cuándo y dónde os conocisteis. Muchas veces hay una historia divertida o curiosa en el origen de las parejas, y si es vuestro caso quizá os apetezca compartirla con vuestros invitados
Una idea que suele dar mucho juego es emplear en tu invitación nupcial los tonos que viste la naturaleza en esa época del año. La exuberancia de la primavera o el maravilloso colorido de las hojas del otoño te servirán de inspiración para crear una tarjeta atractiva. Por ejemplo, con colores turquesa en el primer caso y marrones o granates en el segundo. También puedes añadir pequeños motivos decorativos con hojas o flores propias de la estación.
No olvides tener en cuenta dónde se va a celebrar la boda. Quizá se trate de un antiguo monasterio, unos jardines, una espectacular playa o incluso un castillo. La tarjeta debe dejar claro a qué tipo de boda van a asistir los invitados: si va a ser formal, desenfadada, campestre o temática. Hay un montón de posibilidades y es muy importante que quienes te van a acompañar ese día tengan información suficiente para, entre otras cosas, elegir cómo irán vestidos.
Aunque, como te decíamos, la tarjeta debe plasmar la personalidad de los novios, también es necesario saber escuchar y valorar las ideas de otras personas. Quizá ellas nos den algunas de las claves que necesitamos. Confía en la experiencia de los profesionales y presta atención a sus consejos sobre el diseño y los materiales más indicados para lograr tu tarjeta perfecta. Seguramente te descubrirán posibilidades que ni sabías que existían, y con su ayuda resultará más fácil dar forma a esa invitación de boda especial que tienes en mente.
Puede que haya muchos estilos de invitación de boda que te gusten, pero eso no quiere decir que tengas que usarlos todos. Si mezclas una tipografía muy clásica con un mensaje muy informal o un diseño muy moderno, lo más probable es que el resultado final no funcione.
Intenta elegir una línea estética más o menos definida, y recuerda que la tarjeta de boda es una pieza única, un todo. Los elementos deben encajar con naturalidad en el conjunto, sin meter cosas con calzador y sin llenar de información todo el espacio disponible. El sentido de la proporción es una cualidad muy valiosa, y lo es más aún en estos casos.
Para decidir el diseño de tu invitación tienes que sentirte libre. Solo piensa en lo que te gusta (¿quizá una tarjeta nupcial en forma de puzzle?) y no te pongas límites por aquí y por allá; después habrá tiempo de pulir y mejorar lo que sea necesario. Ten en cuenta que la primera idea seguramente no será la definitiva, así que deja que tu imaginación vuele y disfruta de cada paso en esa pequeña aventura que es elegir la invitación de boda ideal.